"La casa de los espíritus" de Isabel Allende: una adaptación al teatro mágica

Cuando vi que la adaptación teatral de la novela "La casa de los espíritus" de Isabel Allende se representaba tan solo en dos únicas funciones en el Festival El Grec de Barcelona, no me lo pensé dos veces. Era una combinación perfecta: un espectáculo en el teatre Grec, incomparable recinto al aire libre situado en la montaña mágica de Montjuïc y la representación de esta inmensa novela de la escritora chilena por parte de un gran reparto. El resultado fue sensacional.

Admiro en gran medida la adaptación que ha realizado Carme Portaceli, como directora de la propuesta, junto con Anna Maria Ricart. Qué difícil es transmitir de forma tan fiel la esencia de la novela de Allende. Y ser capaz de hacerlo con un montaje sencillo donde el peso recae principalmente en la interpretación. Siempre me ha gustado el teatre Grec, cuyo escenario redondo no esconde nada, el público es testigo de todo lo que ocurre dentro y fuera. Y sin embargo, aún teniendo esta dificultad, la adaptación funcionó a la perfección, envolviendo a los espectadores de una aureola de magia durante las más de tres horas que duró la obra.


"La casa de los espíritus" cuenta la historia de una saga de terratenientes latinoamericanos con un cabeza de familia, Esteban Trueba, despótico y autoritario. En la obra está magníficamente representado por Francesc Garrido, que a pesar de las características del personaje consigue llegar al corazón de los espectadores ya que matiza su despotismo con notas grotescas. Su mujer es Clara, una sublime Carme Conesa que, enfundada en un largo vestido blanco de cola, transmite una profunda espiritualidad. La narradora de toda la historia es la nieta Alba (Miranda Gas), que recupera los diarios de su abuela Clara para explicar no solo la fractura familiar sino también el cambio de una sociedad que se rebela contra la dictadura.


La novela fue publicada en 1982, fue el debut de la autora, y Hollywood la llevó al cine con un reparto excepcional con Meryl Streep, Glenn Close, Jeremy Irons, Winona Ryder y Antonio Banderas. Pero nada tiene que envidiar a esta película la adaptación teatral de Portaceli, que después de la temporada en Madrid y de representarse tan solo dos noches en el Grec, está previsto que forme parte del cartel del Teatre Romea el próximo otoño. Como decía anteriormente, la compañía se apoya en pocos recursos: tres pantallas, unas cuantas sillas, un piano y poco más. Los saltos de tiempo hacia delante y atrás de la historia quedan perfectamente marcados por el trabajo corporal de los autores y algún cambio de vestuario.

El haber visto esta adaptación me ha despertado las ganas de leer de nuevo "La casa de los espíritus". Será mi tercera vez, pero intuyo que la la disfrutaré aún más que las anteriores, teniendo tan reciente la obra que he podido ver en el Grec. Antes de terminar, os dejo un fragmento de la obra para que veáis el estilo de la novela, si no la conocéis: 

"Es una delicia, para mí, leer los cuadernos de esa época, donde se describe un mundo mágico que se acabó. Clara habitaba un universo inventado para ella, protegida de las inclemencias de la vida, donde se confundían la verdad prosaica de la cosas materiales con la verdad tumultuosa de los sueños, donde no siempre funcionaban las leyes de la física o la lógica. Clara vivió ese período ocupada en sus fantasías, acompañada por los espíritus del aire, del agua y de la tierra, tan feliz, que no sintió la necesidad de hablar en nueve años".

Y ahora, decidme. ¿Habéis leído "La casa de los espíritus"? ¿Os gusta Isabel Allende y su realismo mágico? ¿Qué otras adaptaciones teatrales de una novela habéis disfrutado? Me encantará leeros.


by Marta Queralt

 

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