'Las uvas de la ira' y el afán de supervivencia

 

Hay títulos que no sabes por qué te dan respeto. Quizás porque has leído alguna opinión o a veces por pura intuición, ya que imaginas que esa lectura será dura para ti. ‘Las uvas de la ira’ de John Steinbeck formaba parte de estos libros que sabía que algún día leería, aunque me daba cierto coraje. Sólo tenía que encontrar el momento, y justo ha sido este mes de agosto, gracias a que una amiga me propuso hacer la lectura conjunta. La verdad es que me lancé sin pensarlo y la experiencia ha sido increíble. Fue inevitable pensar: ¿Por qué no lo hice antes? Sin embargo, con el paso de los años si algo voy aprendiendo es que las cosas pasan cuando tienen que pasar…

 

Algo sabía del contexto histórico en el que se enmarca la trama del libro. Pero decidí informarme un poco más antes de empezar la lectura y realmente fue un acierto. Uno de los recursos que mejor me situó fue la introducción de la edición de Cátedra, que resulta ideal para entender en qué momento John Steinbeck decidió escribir Las uvas de la ira (1939) y cómo fue recibida en la sociedad norteamericana del momento.

Os hago un pequeño resumen aquí por si os puede ayudar si aún no habéis leído este clásico de la literatura norteamericana:

1-Contexto político: Roosevelt (demócrata) accede al gobierno de los Estados Unidos en 1933, después de tres presidentes consecutivos republicanos. El nuevo gobernante propone el New Deal, un programa intervencionista que tiene como objetivo dinamizar la economía del país después de los efectos del Crack del 29. La situación es muy complicada: tasa de paro altísima y muchas empresas que quiebran.

2-Contexto social: altos índices de pobreza. Muchos desahucios. Los trabajadores de los campos ven como los echan de sus casas y no tienen otra opción que buscarse la vida en otros lugares. Miles de habitantes de Oklahoma, Kansas y Texas, conocidos como “okies” popularmente pierden sus granjas por: los efectos de la Gran Depresión, las tormentas de polvo que destruyeron las tierras de cultivo y la voracidad de los bancos. Los “okies” estaban muy mal considerados y se los despreciaba.

3-En este contexto Steinbeck escribe durante el verano de 1936 por encargo del diario The San Francisco News una serie de reportajes con el título “Los vagabundos de la cosecha”. Esta serie fue el embrión de “Las uvas de la ira”. En 1939 publicó la novela y en un principio incluso hubo colectivos que la quisieron censurar, hasta algunos, los más extremistas, quemaron algunos ejemplares en medio de las calles. Pero en 1940 le otorgaron el Premio Pulitzer y se hizo una versión cinematográfica protagonizada por Henry Fonda y dirigida por John Ford.


 4-J. Steinbeck es un autor que forma parte del grupo de los escritores conocidos como la generación perdida. Su estilo es, en muchos momentos, periodístico, ya que intercala capítulos de prosa alusiva, alternándolos con los que se dedican a narrar la historia de la familia Joad. También hay que destacar el tono coloquial que adquieren muchos diálogos. La traducción de la edición de Tusquets editores, la que he leído yo, transmite la jerga de una familia humilde, de campo.

5-Jackson J. Benson escribió una biografía de John Steinbeck en 1984 (“The true adventures of John Steinbeck Writer”) en la que recoge esta frase del autor californiano: “He puesto por escrito lo que amplias capas de nuestra sociedad hacen y buscan, y simbólicamente lo que todo el mundo en cualquier tiempo hace y busca. Esta inmigración okie es simplemente la manifestación o signo externo de esta búsqueda”.


 

Búsqueda de una vida mejor

Esta frase del propio autor me da pie a hablaros ya propiamente del libro. Se trata del viaje de los Joad, una familia de granjeros que vive en la localidad de Sallisaw, en el estado de Oklahoma, y que forzada por la situación de sequía y el acoso de los bancos, decide mudarse a California en búsqueda de una vida mejor.

Durante gran parte del libro acompañaremos esta familia en su viaje por la Ruta 66 y seremos testigos de las extremas situaciones que tendrán que afrontar. Su tenacidad y ese gran espíritu solidario hará posible que lleguen al destino que se han fijado, después de leer en unos panfletos que se necesitan manos para la recolección de fruta en las propiedades de California. 


 

El instinto de supervivencia y la esperanza les llena de fuerza incluso en los momentos de mayor desesperación. Aquí no puedo evitar alabar por encima de todos a Madre, para mí el personaje clave de toda esta historia, la persona que realmente actúa de cabeza de familia en una sociedad todavía muy patriarcal. Ella es el motor de los Joad, ella es la que toma las decisiones más complicadas con una entereza que te abruma. Ella es el ser que dirige al resto de piezas y hace que todo el engranaje funcione, también en los momentos donde ya crees que no hay ninguna solución. Ella mantiene unida a la familia porque sabe que es lo único que tienen para seguir viviendo: esa unión. Madre dice en la página 150: “Todo lo que tenemos es la familia unida. Como una manada de vacas, pero cuando rondan los lobos se quedan juntas. No tengo miedo mientras que estemos todos juntos, los que aún estamos vivos, pero no voy a dejar que la familia se separe”.

El fenómeno migratorio, todavía muy actual

Han pasado ya más de 80 años de la publicación de la primera edición de este gran libro y todavía somos testigos del fenómeno migratorio en diferentes puntos del planeta. Ya sea por causas económicas con el fin de encontrar una vida mejor, o por causas políticas, a modo de refugiados. Lamentablemente, es una temática de rabiosa actualidad. Las uvas de la ira es un libro escrito desde dentro, en el que se saca a la luz los sentimientos de las personas que no tienen más remedio que abandonar sus hogares. Muy duro, pero muy recomendable ya que da voz a los perdedores, a aquella parte de la sociedad que lucha día a día por una vida mejor.

Comentarios

Entradas populares