María Montessori, una mujer innovadora que revolucionó la educación (biografía)

Entró en contacto con Alexander Graham Bell (inventor del teléfono), Mussolini y Mahatma Gandhi. Fue 3 veces candidata al Premio Nobel de la Paz. Francia la condecoró con la Legión de Honor. Era conocida como “la dottoressa” y durante años ocultó que había tenido un hijo, al ser madre soltera. Estoy hablando de María Tecla Artemisia Montessori (1870-1952), científica que revolucionó la educación con un método innovador, una nueva psicología del aprendizaje que apuntaba a respetar el potencial de desarrollo del niño y de su personalidad, basada en un trabajo directo en las aulas.  Su descubrimiento y su legado fue tan importante que todavía sigue vigente en miles de escuelas de todo el mundo.

Este verano he tenido la oportunidad de acercarme a la figura de María Montessori leyendo una de sus biografías, un trabajo muy bien documentado a cargo de Mercedes Castro y Ariadna Castellarnau que RBA editó en noviembre de 2019 bajo el título María Montessori : la mujer que revolucionó la educación. En esta biografía vemos como esta chica nacida en Chiaravalle decidió romper los esquemas de la época y estudiar medicina cuando sólo accedían a esta titulación los hombres. Poco a poco fue trasladando su interés hacia la educación de los niños, primero en aquellos que presuntamente tenían dificultades, luego como labor social en barrios desfavorecidos en Roma y más adelante como una nueva manera de educar basada en la observación de los niños. “Para poder educar, necesitamos conocer a aquellos que vamos a educar”, decía.

María Montessori era pacifista y quería educar a los niños para que hicieran el bien ya desde pequeños. Ese pensamiento contrastaba en una época profundamente convulsa en Europa. En el periodo entre guerras (entre la 1ª y la 2ª Guerra Mundial) abrió un Congreso Internacional en Copenhague con una conferencia que tituló “Educando para la paz”, una educación insuflada de espiritualidad. Sus ideas fueron tomadas como una amenaza hacia el fascismo de Mussolini y por ese motivo tuvo que trasladarse a Barcelona, donde vivió muchos años con su hijo Mario, que entonces ya le acompañaba por todo el mundo para predicar su nuevo método pedagógico.

Hasta que llegó la Guerra Civil de España y entonces se fue a vivir a Inglaterra. A sus 70 años, en 1939, viajó por primera vez a la India, en esa época los principios hinduistas le llamaban mucho la atención, hasta el punto de desarrollar lo que ella llamaba la “educación cósmica”, un camino de autoconocimiento, basado en la pregunta más importante de todas: ¿Quién soy? Durante unos años tanto ella como su hijo estuvieron retenidos en la India hasta que pudieron volver a Europa y establecer su residencia en Holanda, donde pasó los últimos años de su vida. La muerte le llegó el 6 de mayo de 1952, cuando a pesar de tener ya 81 años estaba valorando la posibilidad de viajar a África, continente al que no había viajado, para hacer una conferencia. Le falló el cuerpo cuando su mente y su corazón todavía tenían muchas ganas de vivir, para seguir su labor de difundir a lo largo y ancho del mundo su Método Montessori. Aun así, su legado sigue presente.  

Me ha gustado mucho leer esta biografía ya que me ha permitido conocer un poquito más a una  mujer valiente, que luchó por sus ideas y que consiguió revolucionar la educación de los niños. Una personalidad fuerte, innovadora e idealista.

Si os llama la atención conocer a esta educadora universal, aquí tenéis otros títulos sobre ella, publicados recientemente en motivo de los 150 años de su nacimiento en 2020:

 

“El niño es el maestro. Vida de Maria Montessori”, de Cristina de Stefano (autora). María Pons Irazazabal (traductora) Editorial Lumen. Agosto 2020. 336 páginas. Tapa blanda.

 

“María Montessori. Una vida para los niños”, de Magela Ronda (autora). Leire Salaberria (traductora). Novela gráfica publicada en Mayo 2020 por Bruguera Contemporánea. 128 páginas. Tapa dura.

 

Y ahora, decidme, ¿os gusta leer biografías? ¿Cuál me recomendáis?

By Marta Queralt